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Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro: Eu Quero Ser Rico! - O passo a passo para alcançar a independência financeira.
Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.
ISBN: 8535236309, 978-8535236309
Editorial: Editora Independente/Não Encontrada
Hacerse rico, en teoría, es fácil. En la práctica, la cosa cambia. Esto es lo que aprenderás en este microlibro. En "¡Quiero ser Rico!", Mauricio Hissa nos cuenta cómo la inercia del día a día nos mantiene esclavos de un sistema que sólo desea lucrar con nuestro trabajo. Para el autor, lo correcto es que el sistema trabaje para nosotros en vez de nosotros mantenerlo. Sin embargo, sólo la minoría tiene esta actitud.
El sistema no nos impide ser ricos, pero nos induce a no serlo. Por eso lo mantenemos. Y lo peor: la mayoría de la gente cree en sus mentiras. Salir del pensamiento de la masa no es fácil, pues somos seres gregarios. Pero es necesario si queremos enriquecernos; no hay otra salida. En este microbook, no verás alternativas fáciles para hacerte rico, por el contrario, comienza enseñando que vencer no es natural, pues la mayoría pierde.
Para vencer, tienes que cambiar tu forma de actuar y pensar. Ser una excepción. Y principalmente ahorrar dinero y pensar a largo plazo, algo difícil para la mayoría de la gente. Mauricio Hissa nos enseña de forma ágil, precisa y sin conversación inútil, a volvernos ricos. Deja de buscar salidas fáciles, resultados rápidos y gurús de la riqueza. Comienza a leer este microbook y descubre de verdad cómo volverte rico.
¿Ya has intentado adelgazar alguna vez? Es simple en la teoría. Si comes más de lo que gasta, engordas. Si gastas más de lo que come, adelgazas. Es extremadamente simple, pero, aún así, millones gastan dinero en dietas milagrosas, libros y más libros, clínicas para adelgazar. ¿Sabes cuál es la peor parte? Pocas personas adelgazaron. Con la riqueza, el proceso es exactamente lo contrario: tienes que producir más de lo que gastas y, también, ahorrar más de lo que gastas. Pero hay dos ventajas en relación a adelgazar:
1. Es más fácil enriquecerse que adelgazar.
2. Hay Intereses Compuestos. No existen intereses compuestos en las dietas para adelgazar.
Para enriquecerte, necesitas gastar menos de lo que produces, con la ventaja de poder invertir lo que sobra. Esta es la fórmula de la riqueza:
[Riqueza = (Ganancias - Gastos) * Intereses]
A lo que ganas debes sustraer lo que gastas, de ahí sale lo que sobra al final del mes y que puede ser invertido o ahorrado. Esto, multiplicado por los intereses compuestos a largo plazo, sería la riqueza de cada uno. Desafortunadamente, así como en el tema de adelgazar, gran parte de la gente prefiere ser engañada, o no quiere aceptar la realidad de que el enriquecimiento es el resultado de: más trabajo, menos gastos, más ahorro y más inversión a largo plazo. Esto da trabajo y toma tiempo. La mayoría prefiere un método fácil y rápido de enriquecerse.
Este microbook se basa en la simplicidad de la fórmula anterior. Mirándola, parece ser algo muy fácil, y realmente lo es. El problema, sin embargo, es que entre el dinero y la riqueza existe un factor fundamental: el ser humano. Diversas teorías conjeturan sobre la riqueza y sus fórmulas, planes y estrategias para conquistarla, pero lo único que realmente puede producirla es tu trabajo. ¿La salida? Ahorrar cada mes. Sólo así tu capital aumenta. Y como la riqueza es producto de los intereses sobre lo que sobra al final del mes y se ahorra, ¿qué podemos hacer para acumular más capital?
1. Ganar más.
2. Gastar menos.
3. Aumentar la tasa de interés que incide sobre nuestro capital acumulado.
4. Aumentar el tiempo que el capital está acumulado generando más intereses.
Siempre que los seres humanos se unen para realizar cualquier actividad, sólo una minoría se destaca (algo alrededor del 5%). El sistema sobrevive con el 95% que paga las cuentas. La minoría rica acumula capital. La mayoría pobre gira y sostiene el sistema, lo que hace que los ricos se vuelvan aún más ricos. El sistema pone en nuestra mente que somos ricos cuando compramos, vendemos y hacemos excelentes negocios. Pero la dura realidad es que, en cada cambio y en cada venta, pagamos por los servicios intermediarios: tasas, impuestos y el spread, que es la diferencia entre la oferta de compra y la oferta de venta.
Al acumular capital, el sistema trabajar para ti: los costos son bajos, la cantidad de errores disminuye expresivamente y normalmente no se pagan impuestos y tampoco hay que pagar intermedio. Los intereses compuestos son la gran invención de la humanidad. Sin embargo, de la misma forma que son el camino hacia la riqueza, fueron pensados para los persistentes. Es decir, para quien entiende la fórmula de la riqueza y no se cree lo suficientemente inteligente como para ir detrás de los negocios fantásticos que prometen riqueza fácil y detonan el capital de la mayoría.
Si no quieres girar la rueda de la fortuna a los demás, deberás ganar más, gastar menos e invertir lo que sobra y, a largo plazo, ver tu capital aumentando a través de los intereses compuestos. Conforme este proceso se vaya desarrollando, se producirán más intereses y más ingresos. Esto lleva tiempo y los resultados son lentos. Por eso, la mayoría desiste y vuelve a girar la rueda de la fortuna, a servir de combustible, a ir detrás de los atajos, del enriquecimiento fácil, de la ilusión; a pagar los costos enormes del giro, tomar todo prestado, comprar lo que no necesita con dinero que no tiene y pagar con intereses en lugar de recibir esos intereses. Las personas viven buscando métodos maravillosos de enriquecimiento y no valoran lo único que realmente funciona: el ahorro mensual, la inversión mensual y el beneficio de los intereses compuestos que trabajan para ti.
La mayoría de los seres humanos tienen mentalidad de jugadores. Pocos son los que tienen mentalidad de ahorristas. El ser humano cuando entra en la bolsa de valores, por ejemplo, no piensa: "Me convertiré en socio de grandes empresas, voy a usar la bolsa como instrumento de ahorro". La gran mayoría piensa: "Qué bueno, descubrí una forma fácil de hacerme rico. Basta con comprar en el fondo, vender en la parte superior y listo. En pocos meses seré rico. ¡Voy a dejar mi empleo!". Después de haber caído muchas veces en la ilusión de enriquecerse fácilmente, una minoría, inclusive aprende, pero gran parte se va llamando la bolsa de casino. Nada es casino. Ni siquiera el casino es casino. Puedes ir a un casino para divertirse, gastando poco de dinero, yendo sólo algunas veces como si fueras al cine o a un espectáculo.
Da lo mismo si es la bolsa de valores, casino, jockey, cuenta de ahorro, inmueble, oro, dólares o póquer. El jugador va a jugar y perder porque acepta apuestas en las que las posibilidades están en contra. Él acepta poner su dinero en desventaja, pues cree en suerte, intuición y otras cosas que no tienen absolutamente nada que ver con el dinero. El dinero es el número, la probabilidad y la matemática. En cualquier lugar que pongas tu dinero, las posibilidades deben estar a tu favor para que, a largo plazo, se acumule más. Cuando comienzas a invertir o a hacer negocios, si empiezas a creerte mejor que los demás y sentirte un “crack”, vas a perder hasta los pantalones.
Si hay una característica común entre los que ganan mucho a través de los años es la humildad; de reconocer sus errores y de saber que pueden cometerlos siempre. El principiante deslumbrado, que acertó una sola vez y ganó su primer dinero, asume la postura del campeón mundial de negocios, empezando a dar consejos y clases y, una vez más, descuidando el control del riesgo. La quiebra, entonces, será sólo una cuestión de tiempo. Otro grave daño causado por la soberbia es que, en la ilusión de que las ganancias serán constantes y permanentes, no hay necesidad de seguir ahorrando. El "crack" comienza a gastar y gastar en tonterías. Cambia su nivel de vida y, cuando la realidad aparece en la forma de la corrección de las probabilidades, ya no tiene nada. Soberbia. Como se dice por ahí, el dinero no acepta la falta de respeto.
"¡Sólo salgo de este negocio después de recuperar mi pérdida!" ¿Por qué el daño tiene que ser recuperado en ese negocio específico? Peor, si es un negocio malo, ¿por qué continuar en él detrás de un dinero que ni existe más? Esa idea es una de las relaciones más fuertes y una de las mayores desviaciones mentales y emocionales creadas en los negocios y las inversiones. Es muy común en la bolsa de valores, cuando alguien compra una acción de una empresa mala, que dicha acción pierda valor y él decida esperar volver al "empate" para salir. El objetivo en las inversiones no debe ser acumular victorias, sino patrimonio. Peor que eso es el propio concepto de empatar o recuperar dinero perdido. ¿Cómo recuperar algo que no existe? Si tenías $50 mil dólares y hoy tienes sólo $30 mil dólares, los $20.000 perdidos son sólo un número en tu cabeza. No existen y sólo sirven para que trabajes mal e inviertas peor.
Cualquier intento de "empatar", recuperar el daño o vender por el precio comprado, está cerca de lo absurdo, ya que siempre estás empatado, pues sólo existe lo que tienes en este momento. No es si aciertas o erras lo que importa, sino qué es lo que haces cuando aciertas o erras. Existen dos alternativas:
1. Trabajar racionalmente y aumentar tu capital a partir de lo que tienes en este momento.
2. Ser dominado por ideas fantasiosas como la búsqueda del empate o intentos de recuperar perjuicios pasados.
Recuerda: el único objetivo de quien quiere hacerse rico es acumular capital. Selecciona inversiones y negocios con ganancias pequeñas, pero dólares y consistentes. Negocios en que tu oportunidad de ganar sea grande, aunque se gane poco. Las pérdidas ocurren, y suceden, inclusive, más que las ganancias. Tener la fantasía de que las pérdidas no van a suceder o fingir que no existen no hará con que no ocurran. Cuando te equivocas o cuando pierdes, hay cuatro fases. Son las fases de aceptación de las pérdidas:
Un tonto que sólo piensa en dinero, ahorra y no hace nada, acaba por no aprovechar la vida. Muere llevando toda su riqueza al ataúd. En el otro lado está el gastador, con su coche importado y lleno de mujeres lindas, aprovechando la vida y siempre feliz. En un sistema que sólo funciona con el giro y el consumismo, es fundamental promover la imagen del ahorrador como aquel que vive de manera miserable e infeliz. La imagen del gastador es la de un sujeto feliz y de bien con la vida. Pero eso es puro marketing. Es la falacia del ahorrador. Quien no ahorra, no tiene reservas, vive y paga todas las cuentas, con lo que gana, al final del mes. Como no tiene reservas, tiene que comprar todo a plazo, pagando más caro debido a los intereses, acabando por gastar más dinero para tener las mismas cosas. Con deudas y créditos la situación se va complicando, pues lo que gana ya está comprometido. No puede dejar de trabajar ni invertir en su desarrollo porque tiene que pagar las cuentas. Incluso, no tiene placer en usar las cosas que compra porque está siempre lleno de deudas y sin perspectivas en la vida. El gastador no puede parar de pedalear.
El 10% de lo que ganas (preferentemente el 20%), tienes que ahorrarlo cada mes. El gastador dice que no puede ahorrar el 10% de lo que gana, pero consigue dar el 50% de su salario en créditos e intereses. Si hubiese ahorrado antes y tuviera reservas, todo saldría más barato. ¿Por qué pasar la vida pagando más caro por las cosas que compras? Peor aún, ¿por qué pagar intereses, que es un dinero que se paga para no recibir nada a cambio?
¡Para de mantener al sistema y ponte a trabajar para ti! Trescientos dólares por mes puede no parecer mucho, pero haz los cálculos y verás que en 20 años ese valor puede transformarse en $400 mil. La gente no tiene idea de cuánto es posible ganar simplemente ahorrando. Cuando ahorras, comienzas a crear una reserva y a cobrar intereses en lugar de pagarlos. La gran mayoría, teniendo en vista la falta de paciencia y disciplina, sale gastando el dinero que no tiene. Paga más caro por todo y no consigue ahorrar porque está siempre endeudado. La deuda no termina pagando los intereses, las cuentas se acumulan y nunca se tiene nada. Si ahorras cero, tendrás cero riquezas.
La gran mayoría, que mantiene el sistema y nunca enriquece, sólo piensa en una cosa: el producto, o sea, en el resultado; en cuánto van a ganar o cuál será el beneficio del negocio o de la inversión. El ser humano se guía por resultados. Se dicen muchas tonterías, del tipo: "¡No se hacen cambios en un equipo que está ganando!" En primer lugar, el equipo puede estar ganando y haciendo cosas equivocadas. A largo plazo, no será ganador. Otro tema, para permanecer ganando, los cambios tienen que ser hechos. Es necesario estar en constante evolución. Uno o dos aciertos no prueban nada y no certifican que el proceso está siendo correcto. Al enfocarnos sólo en los resultados damos margen para que ocurran los problemas:
1. No se trabaja adecuadamente el proceso y, por lo tanto, los resultados a largo plazo no se acumulen.
2. Hacer malos negocios e inversiones sólo porque, debido al fenómeno de las posibilidades, algunos tienen buenos resultados a corto plazo.
Por estas razones, el foco tiene que estar siempre en el proceso. Al analizar el proceso, el inversor sabrá si está haciendo un buen o un mal negocio. No importa el resultado. Si no consigue saberlo, debe seguir estudiando y desarrollándose para no hacer peores negocios o inversiones. Hay cuatro tipos de inversiones:
1. Inversiones buenas que tienen buen resultado.
2. Inversiones buenas que tienen mal resultado.
3. Inversiones malas que tienen mal resultado.
4. Inversiones malas que tienen buen resultado.
Mucho cuidado con los malos negocios que funcionan. ¡Son ellos los que llevan a la ruina!
La riqueza se produce por lo que queda al final del mes multiplicado por los intereses compuestos de largo plazo. Una de las formas de hacer sobrar más, aumentando así la riqueza producida, es ganar más. Se puede ganar más simplemente trabajando más, pero no es la mejor solución. Hay un límite en la cantidad de horas que podemos trabajar. La mejor forma de ganar más es ir progresivamente mejorando la calidad de tu trabajo: o sea, tu calidad. Cuanto mayor sea tu valor, mayor será la tendencia a la ganancia. Busca un nicho específico, sé diferente y ofrece algo nuevo y sorprendente. El mercado pagará más por eso. No tiene que ver sólo con facultades, doctorados y MBAs, inclusive porque es muy común tenerlos hoy en día, tiene que ver con realmente ofrecer algo que el mercado necesite. Unos pocos sobresalen y valen su peso en oro. Para llegar a ser uno de ellos, tendrás que invertir en ti: descubrir lo que el mercado necesita, estudiar y entrenar mucho, investigar y correr atrás. ¿Quién va a conseguir el trabajo más fácil? ¿Quién vale más en el mercado? ¿Un profesional con doctorado, post-doctorado, MBA o un joven con primer grado, pero que habla y escribe chino con fluidez?
Estudia en libros, en Internet, haz cursos... Escuelas y facultades están en el pasado, paradas en el tiempo, debido a su pseudo-monopolio de la enseñanza. Siempre más preocupadas con la lista de presencia y la memorización que con el aprendizaje en sí. Hoy, las oportunidades de estudiar y aprender se desarrollaron absurdamente con internet y la tecnología.
Cuanto más compras, acumulas y te aprovechas de los intereses compuestos, más tu capital aumenta y más renta este capital produce para ti. La gran mayoría, (y esa es otra mentira; la de tener lucros), cree que el rico tiene que vender sus posesiones y obtener lucros para aprovechar la vida. Es parecida a la falacia del ahorrista y tiene el mismo objetivo: que las personas giren el capital pagando comisiones e impuestos, además de alimentar a la contraparte, manteniendo el sistema y el gobierno. No acumulas capital para luego vender tus posesiones y vivir de la venta de ellas. ¡Acumulas capital para vivir bien de la renta que el capital produce!
Es verdad que se puede vender algo por motivos específicos y también es verdad que los profesionales ganan dinero haciendo eso, pero el pequeño inversor tiene que tener su foco en la acumulación de bienes y de capital, y no en el giro. Cuanto más capital tengas, más renta éste producirá. Inmuebles producen alquileres. Las acciones generan dividendos y otros ingresos. Fondos inmobiliarios generan dividendos. Títulos y renta fija generan intereses y así sucesivamente. Este concepto tiene que estar bien claro para que puedas enriquecer: acumula capital para vivir de la renta que él produce, y no para vender lo que compraste en la ilusión de que tendrías ganancias en el cambio. Cada vez que vendes, hay costos. Puedes ganar o no vendiendo, pero los costos son garantizados, pues, al vender, tendrás que pagar:
1. Intermediarios - Corredores de inmuebles, de acciones, bancos, etc.
2. Impuestos - No toda venta implica impuestos y algunas inversiones cobran tales cargas aunque usted no venda. Normalmente, cuanto más venden sus posesiones e inversiones, más impuestos pagados.
3. Spread - Este costo es carísimo, pero pasa desapercibido. Mientras que es posible saber los valores exactos que pagó de comisión y de impuestos, normalmente no se sabe cuánto se paga de spread. El spread es la diferencia entre la oferta de compra y la de venta.
Si no trabajas con dinero, evita manipular grandes sumas, ya que una parte desaparecerá cada vez que lo hagas. Sólo acumula un poco cada mes durante la vida. Compra todo lo que puedas. Acumula, no vendas. Sólo así, al cabo de un período de años, tendrá bienes y capital suficiente para vivir en paz y la remuneración proveniente de ese capital.
El sistema necesita que todos compren. Como la mayoría no tiene dinero pues no ahorra y gira todo el tiempo a través del pago de tasas e impuestos, esa misma mayoría no puede comprar. Así, dos cosas tuvieron que ser inventadas:
1. Comprar sin tener dinero.
2. Comprar por estatus y no por necesidad.
En el ítem 1, es principalmente la compra en cuotas. Fue la forma que inventaron para que todos pudieran comprar, incluso, sin tener el dinero. Las cuotas hacen que las personas pierdan totalmente la noción del precio de las cosas y paguen más caro por ellas. Deja la tarjeta de crédito en casa. No la utilices, a no ser en viajes y para eventuales compras por Internet. Trata de ver dónde puede ahorrar, busca los desperdicios en tu vida y en tu casa, especialmente el de pagar intereses y el cheque especial y la tarjeta de crédito atrasada, que son las mayores tasas de interés cobradas. No pagues intereses de ninguna especie para nada.
Cuando pagas intereses, sólo está aceptando pagar más caro por las mismas cosas. De la misma manera que demostramos cómo los intereses compuestos pueden hacerte rico, ellos también pueden empobrecerte y esclavizarte, si en lugar de cobrarlos estás pagándolos. Dedícate con ahínco a pagar las deudas. Puede ser que no le estés dando la debida importancia, pero es fundamental eliminar todas las deudas para entrar en el camino de la riqueza.
Cuando comiences a seguir las enseñanzas de este microlibro, quedará dinero cada mes. Este dinero que sobra debe ser invertido, de forma que te beneficies de los intereses compuestos. Hay básicamente cuatro tipos de inversiones:
1. Renta fija - fondos, certificados de inversión a plazo fijo, títulos, cuenta de ahorro, etc.
2. Renta Variable - Acciones y Fondos Inmobiliarios.
3. Inmuebles.
4. Moneda Extranjera y Oro.
Hay que comenzar por la renta fija. Avanza a inversiones de mayor riesgo cuando ya tengas una reserva razonable de renta fija. Las viviendas cuestan más caro y tienen baja liquidez. Por eso, sólo debes hacer este tipo de inversión cuando tengas un capital acumulado que justifique esta diversificación.
¿Conoces el dicho popular que dice que el dueño tiene que cuidar de su tienda con la barriga en la caja? Es decir, quedarse en el mostrador atendiendo a los clientes y cuidando el dinero. No es diferente en las inversiones. Trata tus inversiones, tu ahorro y tu administración financiera personal como si fueran un negocio, una tienda o un comercio, porque ellos realmente lo son. Es lo que te dejará rico y mantendrá a tu familia. Sólo tú puedes cuidar de tu dinero. ¡Nadie hará eso mejor que tú! Tus inversiones no pueden ser elegidas por el gerente del banco, pues su interés es beneficiar al banco y no a ti. Lo más importante, como ya hemos demostrado, es organizar tu vida financiera, tus ganancias y gastos y que sobre cada mes para que sea posible ahorrar. Comenzar a ahorrar todo mes en una cuenta de ahorro, si tus conocimientos son pocos, ya alcanza. Todo el mundo sabe invertir en una cuenta de ahorro.
No te engañes: no te librarás de los obstáculos psicológicos al enriquecimiento sólo porque leíste estos consejos. No dejarás de mantener al sistema de un día para el otro, después de leer este artículo. Si leíste con atención, el primer paso ya fue dado. Ahora sólo tienes que comenzar, poco a poco. De la misma forma que el enriquecimiento será lento pero consistente, tu transformación de jugador y mantenedor del sistema en ahorrador e inversor también ocurrirá poco a poco. Pero debes comenzar por algún lugar, entonces, hazlo. Sin el primer paso no llegarás a ningún lugar.
Recapitulando: piensa en lo que puedas hacer para invertir en ti mismo: mejorar como profesional y persona, valer más en el mercado, descubrir una nueva fuente de ingresos, etc. En conclusión: ser más eficiente. Deja de darle vueltas a tus inversiones. Compra y guarda. Es así que uno se vuelve rico: acumulando capital y no girando. El giro produce la riqueza de los intermediarios, del gobierno y de la contraparte. Establece medidas para gastar menos y hacer más. Sólo piensa en algunos gastos grandes que puedan ser controlados o disminuidos. Descubre un gasto inútil, un desperdicio, y córtalo. Para empezar: la subscripción a una revista que nadie lee, los intereses del cheque especial o el pago de la tarjeta de crédito atrasada - dejar de pagar estos intereses ya es un ahorro enorme.
No te endeudes y establece un programa de pago de las deudas que ya tienes. Eso es fundamental. Con deudas nadie se enriquece, pues los intereses son mucho más grandes que los que recibes en tus inversiones. ¿Y? ¿Estás listo para empezar? No pierdas tiempo. Abre tu cuenta de ahorro, compra títulos del gobierno, compra acciones, acumula capital y, cuando éste produzca renta, vuelve a aplicarlo. ¡Te sorprenderás con el poder del ahorro mensual y de los intereses compuestos! Las enseñanzas aquí presentadas van directamente al punto. ¡No es un recorrido fácil, pero con paciencia es posible! ¡Tu capital aumentará progresivamente, el autor lo garantiza, pero hay que empezar desde algún lugar!
Consejo de 12': hemos comenzado a trabajar sobre las enseñanzas de este microbook y te recomendamos el sitio de Basster y los vídeos "Lo que realmente te enriquece no es nada de lo que venden por ahí..." y "¿Crisis? ¿Qué crisis?".
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En el caso de las mujeres, la mayoría de las personas que sufren de depresión y de ansiedad, se sienten atrapadas. Opera en el mercado financiero desde hace más de 20 años y ha participado activamente en el desarrollo del mercado a través de Internet. Creó y dirigió el sitio de inversiones y mercado Bastter.com. Ministra Curso de cómo oper... (Lea mas)
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